Salimos de casa el viernes 25 de mayo por la tarde para ir a dormir al camping “Cala d’Oques” de L’Hospitalet de l’Infant (T).
Cuando llegamos al pueblo, paramos a comprar en un super, y al salir, noté una cosa extraña en el cambio de marchas.
Conseguí poner la tercera, y a trancas y barrancas, llegamos al camping, muy cerca del pueblo.
Llamamos al RACC i vino un mecánico con una grúa, miró la extraña postura de la palanca de cambios y dijo: ¡ya sé lo que es!
Efectivamente me enseñó una pieza, una especie de rótula, que estaba fuera de sitio, y dijo, no os movais de aquí (¡vaya ironía!), hasta que yo venga mañana con una pieza que sacaré de una furgoneta como ésta que tengo en el taller.
Cenamos y dormimos, y la mañana del sábado 26, justo cuando acabábamos de desayunar, apareció el señor, montado en otra grúa, con otro mecánico (el de servicio en la autopista del RACC).
Con la guía del experto y las manos del nuevo, consiguieron cambiar la pieza rota por una entera. Era una goma que se había podrido, cosa normal en una furgoneta que tiene 15 años,¡cosas de la edad!
Le dimos las gracias (y 50 euros) y seguimos viaje.
El primer objetivo era ir a Altura (CS) donde vive el AdR Joaquín Ten y su esposa Ramona. Los conocimos en la cena el dia de la asamblea de S.Esteban de Gormaz junto a otra pareja, Manu y Pilar, que viven en el pueblo de al lado, Navajas.
Para información os diré que estos 2 pueblos están muy cerca de Segorbe, pero aunque todo sea Castellón, están tocando a Teruel y son casi maños.
El objetivo de la visita era, además de reencontrarnos con ellos, ver las ruinas de la Cartuja del Sant Crist, a nada de Altura, y ver como Joaquín y Ramona trabajan el esmalte como afición.
Nos lo pasamos muy bien, son una gente encantadora, comimos con los cuatro, más Julia, una de las hijas de Joaquin y Ramona, y los 2 peques de Manu y Pilar, Pilar y Jorge o Jordi.
Por la tarde fuimos a la Cartuja, ¡cuánto trabajo tienen todavía!,
y a dar una vuelta por el pueblo, sin apenas mojarnos.
Por la noche cenamos en el bar de la plaza, los mismos de la comida excepto Julia, más un montón de amigos más, no recuerdo cuantos, 5 tal vez. Por suerte la mesa estaba montada bajo los porches porque empezó a llover bien.
Dormimos en nuestra furgoneta-hogar, dentro del jardín de casa de Joaquín, a pesar de sus intentos de hacernos dormir en la habitación de invitados de la casa.
La temperatura fue fresquita.
El domingo 27 por la mañana nos levantamos con mejor día, desayunamos con Joaquín y Ramona, y nos fuimos hacia Teruel, a ver la exposición “Tierras de Frontera” .
A poco de salir de Altura, se encendió la luz del alternador, nos paramos en la gasolinera de la Venta del Aire, y nueva llamada al RACC.
Llegó un chaval en grúa y dijo: os llevaremos en taxi a BCN y dejaremos la furgoneta en el taller hasta mañana.
-¡Quieto parao!, le contesté, esto és un problema del alternador, la correa o similar, y en este motor de 5 cilindros, la única afectación es que no carga la batería. ¿Puedo llegar a Teruel sin problema, no?
- Por supuesto, me contestó.
Me explicó donde había un buen electricista y donde estaba la Volkswagen, y nos fuimos a Teruel.
Paseamos por el mudéjar de Teruel, por fuera:
- La Catedral.
- San Martín.
- San Pedro.
- El Salvador.
Esto es un bonito balcón de la ciudad.
Y por la tarde visita a la exposición, una parte en S.Pedro y otra en la Catedral. Valía la pena ver los 2 edificios, en especial el artesonado de la Catedral.
Por fin visitamos el Aljibe Medieval.
Una vez todo hecho, nos dirigimos al camping de Villastar, único en los alrededores.
Tuvimos la batería cargando toda la noche.
Y ya estamos a lunes 28, madrugamos y nos fuimos a Teruel a ver al electricista, Cavero. Con no muchas ganas miró la furgoneta y confirmó que se había roto la correa del alternador (por cierto cambiada en la VW de BCN el mes de abril). Pero el arreglaba alternadores y no tenía correas (¡curioso no!), que fuéramos a la VW que allí sí tendrían.
Fuimos a la VW, menos ganas aún: Nosotros no tocamos vehículos industiales, no tenemos correas, se tendría que desmontar para ver el modelo y pedirla…
Ante tantas ganas de ayudar, nos fuimos hacia Cuenca.
Entramos en uno de los pueblos por el camino, Torrebaja (V), había un pequeño taller y por 20 euros nos cambiaron la correa. Además el mecánico nos dijo que delante de la VW de Teruel, en el mismo polígono industrial, había un almacén que vendía todo tipo de correas…,
Otro punto negativo para la VW.
Y empezamos la caza del románico conquense.
Ademuz, ermita de la Virgen de la Huerta, en el patio de un colegio, S XIII, muy modificada. En el colegio no tenían la llave.
Por fin visitamos el Aljibe Medieval.
Una vez todo hecho, nos dirigimos al camping de Villastar, único en los alrededores.
Tuvimos la batería cargando toda la noche.
Y ya estamos a lunes 28, madrugamos y nos fuimos a Teruel a ver al electricista, Cavero. Con no muchas ganas miró la furgoneta y confirmó que se había roto la correa del alternador (por cierto cambiada en la VW de BCN el mes de abril). Pero el arreglaba alternadores y no tenía correas (¡curioso no!), que fuéramos a la VW que allí sí tendrían.
Fuimos a la VW, menos ganas aún: Nosotros no tocamos vehículos industiales, no tenemos correas, se tendría que desmontar para ver el modelo y pedirla…
Ante tantas ganas de ayudar, nos fuimos hacia Cuenca.
Entramos en uno de los pueblos por el camino, Torrebaja (V), había un pequeño taller y por 20 euros nos cambiaron la correa. Además el mecánico nos dijo que delante de la VW de Teruel, en el mismo polígono industrial, había un almacén que vendía todo tipo de correas…,
Otro punto negativo para la VW.
Y empezamos la caza del románico conquense.
Ademuz, ermita de la Virgen de la Huerta, en el patio de un colegio, S XIII, muy modificada. En el colegio no tenían la llave.
Realmente, el Rincón de Ademuz, es un enclave de la provincia de Valencia, metido dentro de Cuenca y Teruel, pero en el libro que llevábamos sobre Cuenca lo cita.
Y ahora sí, Cuenca de verdad:
Carboneras
Fuentes
La Melgosa, no pudimos entrar a ver la pila bautismal
Paseamos por Cuenca que siempre es agradable.
Respecto a su románico, qué quereis que os diga…, las ruinas de la iglesia de S.Martín, propiedad privada, solamente se ve un poco el ábside por fuera, y S.Miguel, debe tener un ábside que no está mal, pero estaba tapado por obras…
Fue curioso entrar en el Convento de las Carmelitas Decalzas, hoy sede de la Fundación Antonio Pérez, muy recomendable.
Arcas, la primera que realmente vale la pena, la pudimos ver por dentro
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