Hemos dejado par el final la región más curiosa, Maramureş, en el noroeste del país.
Tiene un encanto especial, nosotros nos dedicamos básicamente a sus iglesias de madera, pero sus paisajes y su gente merecen la visita, además de sus puertas de madera y su cementerio alegre.
De sus iglesias, casi cada pueblo tiene una, 8 son Patrimonio de la Humanidad.
Nuestro primer contacto con la región fue Borşa.
Aquí tienen una estación de esquí en la que hay una iglesia, que debe ser moderna, lógicamente.
Y la del pueblo, de 1718, cerrada.
Săliştea de SusDel S XVII, estaban restaurándola. Estaba cerrada pero conseguimos ver algo de su interior.
DragomireştiAquí había un montón de iglesias o similar de madera. De todas formas la antigua, de 1722, está en el museo de Bucarest, es esta:
Y esto es lo que vimos in situ:
Bogdan Vodă
Iglesia que encontramos por el camino y nos gustó, cerrada, no sabemos de que siglo es.
Ieud, Patrimonio de la Humanidad.
Esta nos supo mal no poder visitarla, és la mas antigua de la región, S XIV, pero en el museo que había al lado nos dijeron que no sabían quien tenía la llave...
Şieu
Esta también nos la encontramos por el camino, cerrada, S XVIII.
Poienile Izei, Patrimonio de la Humanidad, S XVII.
Cerrada, nos dijeron quien tenia la llave pero no había nadie en casa...
Rozavlea, del S XVIII, cerrada.
Después de tanto fracaso llegamos a Bârsana, no encontramos ningún hotel o pensión abierta y nos dirigimos hacia Sighetu Marmaţiei, la ciudad mayor de la zona. Por el camino tuvimos la suerte de encontrar una pensión abierta en Oncesti. Los propietarios, Vasile y Mariana Bud hablaban francés con fluidez, com lo cual nos entendimos pefectamente. Cenamos de maravilla y dormimos muy bien, y además Vasile nos indicó que iglesias podríamos visitar sin problema.
Esta es la habitación-museo de su casa, típica de la zona.
Bârsana
Aquí teníamos 2 cosas a ver:
1 - Su iglesia de madera del S XVIII, Patrimonio de la Humanidad, que ya nos dijo Vasile que era difícil de visitar
2 - Su Monasterio del S XX, construído todo con sistemas tradicionales manuales, sin herramientas eléctricas.
Tal como decía el letrero era un compendio de toda la arquitectura típica de Maramureş
Incluso tenía una de las típicas puertas de la región
CălineştiEsta fue recomendación especial de nuestro anfitrión Vasile, era su iglesia favorita. S XVII.
No es Patrimonio de la Unesco y el la definió como "el tesoro escondido de Maramureş".
¡Suerte que nos explicó como encontrar la gente que tenía la llave!
Este es el aspecto del pueblo...
... al final de la calle alguien nos indicó en que casa estaba la llave y, muy amablemente, el abuelete nos acompañó, tras calzarse las botas de agua.
Realmente valió la pena.
BudeştiS XVII, cerrada. Ya nos habían avisado de que era difícil vitarla.
También Patrimonio de la Humanidad, aunque no vimos el letrero.
Muy grande, 18 m de largo por 8 de ancho.
Además de las iglesias de madera, otra maravilla de Maramureş son las puertas de madera de sus casas. No hicimos fotos, podeis ver alguna de las de las iglesias que son similares. Esta es una muestra de una puerta, que ya pusimos en el primer capítulo. Esta es muy moderna pero había montones así, de todas las épocas.
Săpânta
Esto también es Patrimonio de la Humanidad y no es una iglesia de madera. Es el único cementerio "alegre" en el mundo, se empezó a construir en 1935. Realmente curioso. Está en el norte, muy cerca de Ucrania.
Sat ŞugatagEsta estaba cerrada pero lo más interesante era su cementerio, con cruces tipo celta.
Aquí Esther miraba por una ventana...
... y la cámara también.
Este tablón colgado en el árbol lo habíamos visto en muchos sitios, es la campana y en el hueco del árbol guardaban los mazos para tocarla.
Deşesti, también Patrimonio de la Humanidad, S XVIII.
Siguiendo las indicaciones de Vasile no tuvimos problemas para visitarla.
Surdeşti, también Patrimonio de la Humanidad (S XVIII).
En esta entramos sin problemas tal como nos había dicho Vasile.
Plopiş, otra Patrimonio de la Humanidad (S XVIII).
En esta, tanto nuestro informador Vasile como la señora que nos enseñó la anterior, nos dijeron que no la podríamos visitar.
Pues bien, estábamos haciendo fotos por fuera cuando llegó una mujer que estaba trabajando en su casa y al vernos vino corriendo a abrirnos.
Y la última iglesia de madera antes de dejar Maramureş, Rogoz, también Patrimonio de la Humanidad (S XVII).
En esta no pudimos entrar, una vecina amablemente llamó al "pope" para que la viniera a abrir, pero no pudo ser, estaba en el entierro de su madre...
Y aquí acaba nuestra positiva experiencia en Rumanía, ¡hasta pronto!, no cerramos por vacaciones.
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