Esta vez vamos a publicar la crónica oficial de nuestra amiga Anabel, solamente añadir que fuimos 33 personas en 10 coches y todo salió redondo.
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Vigésima JdRL. 26 de Febrero de 2011. Románico Alt Empordà.
La vigésima salida de la delegación catalana, enésima para muchos y la primera para otros, sirvió para poder degustar algunos ejemplos que sitúan al Alt Empordà como un enclave destacado por lo que respecta a monumentos que definen la arquitectura alto medieval de los condados del noreste catalán .
Sant Miquel de Fluviá fue el lugar de encuentro y pistoletazo de salida de la intensa jornada.
Su gran torre románica elevada sobre un podio sobre el que se alzan tres pisos con decoración lombarda sirvió de referente visual para conducirnos hasta el lugar de encuentro. Ésta, junto a las almenas que coronan tanto el campanario como el templo, proyectan la imagen de una gran fortificación. La puerta por la que accedimos al interior del templo es resultado de intervenciones del siglo XVI. Una vez dentro pudimos admirar (y fotografiar profusamente) su interior. Se trata de una iglesia consagrada el 15 de Octubre de 1066, de planta basilical de tres naves y transepto con tres ábsides semicirculares, similar a las cercanas Santa Maria de Roses o Sant Quirze de Colera. Sobre los pilares rectangulares se adosan columnas con capiteles figurados en los que pudimos apreciar tanto figuras humanas, elementos vegetales como elementos geométricos.
Se llevó nuestra atención el ábside central entre cuyas ventanas también habían columnas adosadas con capiteles, entre los cuales, alguno fue objeto de debate. Pudimos ver más capiteles figurados flanqueando las ventanas exteriores del ábside central, como en el que habían dos pájaros bebiendo de una copa, temática cristiana de larga tradición. También, en las arcuaciones pudimos ver pequeñas ménsulas en las que habían cabezas esculpidas.
Sant Tomàs de Fluvià fue nuestra segunda parada. Un pequeño pueblo muy cercano a Sant Miquel.
Nos costó poco trabajo encontrar esta iglesita que permite afirmar que en bote pequeño se encuentra la buena confitura. Fue un priorato fundado por los monjes de Saint Victor de Marseille entorno al 1070. En ella pudimos ver parte de las maravillosas pinturas que decoraban la totalidad del templo, únicamente conservadas las del ábside central y las de la bóveda central, descubiertas durante una restauración. Cristo pantocrator sentado en un trono dentro de la mandorla acompañado por el tetramorfos y los arcángeles Miguel y Gabriel domina imponente el ábside central. En los fragmentos conservados de la nave pudimos ver escenas como el Calvario, la visita de las tres Marías al sepulcro, la Santa Cena o el Prendimiento.
Nuestro siguiente destino fue Santa Eulàlia de Vilanova de la Muga.
Una iglesia de tres naves de la que cabe destacar que la central es de perfil apuntado con decoración pictórica moderna. El estado actual de la iglesia es un poco preocupante. A esto se suma que el gran conjunto pictórico del ábside central se ha visto excesivamente retocado. En él pudimos ver una Maiestas Domini rodeada por el tetramorfos y dos querubines, así como, en el registro central, la entrada de Jesús a Jerusalén y la Santa Cena. También nos fijamos en el sarcófago que se encontraba en una de las naves laterales, fechado entorno a la segunda mitad del siglo XIV, sirvió (tal y como nos informó el vecino del pueblo que nos facilitó la entrada al lugar) de abrevadero, abriendo un pequeño orificio en la parte baja para facilitar el paso del agua.
Después de este agradable hat-trick a muchos ya se nos había abierto el apetito. Pusimos rumbo a nuestra última parada, Palau Savardera. Allí, en el restaurante Cal Pintor, pudimos reponer fuerzas para poder visitar la iglesia de Sant Joan.
El actual y reciente rector del lugar nos dió algunas pinceladas sobre las características más destacadas del templo, así como el deseo de poder cambiar la cubierta (ahora hecha de pizarra) por tejas, más propias de la zona. Se trata de una iglesia de planta basilical de tres naves en las que pudimos apreciar que fueron reechas posteriormente, pasando de tener cuatro arcos a grandes arcadas rebajadas.
Poníamos fin así a una jornada que nos hizo ver que más allá de los grandes enclaves ampurdaneses como Sant Pere de Rodes o Sant Quirze de Colera entre otros, pudimos descubrir otras joyas románicas que suelen pasar inadvertidas.
Anabel Moreno
Álbum de fotos de la jornada
Para acabar, tanto cuando hicimos la previa como el día de la salida, dimos una vuelta por Castelló d'Empúrias, aquí teneis unas fotos.
- La iglesia de Sta. Mª, gótica, pero con la torre y una pila bautismal espectacular, ambas de época románica.
- El Portal de la Gallarda, actualmente un restaurante en el casco histórico de Castelló d'Empuries, al lado de la Catedral, en lo que antiguamente era la entrada a la ciudad fortificada.
Sin duda uno de los lugares más emblemáticos de Castelló d'Empuries, monumento histórico de interés Nacional, en algunos sitios dice S XI en otros XIII, pero realmente es muy medieval.
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